Frescura y naturalidad…estas dos palabras son las que mejor definen al compañero, Julián Torres. Un profesional con perspectivas y objetividad en su labor de director de una importante agencia de seguros, pude observar claramente como se le respetaba por él mismo y no por su cargo, le abraza como un campo un aura de confianza, que transmite con su tono cálido al dirigirse a la persona, tuve un gran placer poder estar ese rato con él, creo que mucha gente pensara, que no es posible decir siempre la verdad…bueno os traigo la prueba… Un señor que mira cara a cara la vida todos los días, tiene la paciencia, que muchas veces hemos deseado todos alguna vez. Ha superado la adversidad muchas veces en la vida. Ha sobrellevado la enfermedad con dignidad a pesas que en sus principios no le dieron esperanza de vida. Le diagnosticaron en el año 2000 un cáncer del cual parecía al principio que no saldría adelante, pero el…”dentro de mí, siempre supe que seguiría adelante, por mi familia fundamentalmente“siempre tuvo una vida sana y el deporte formo parte de esta, no obstante confiesa, “ahora practico con mas disciplina la actividad deportiva” el dijo en esta entrevista, haber subido los lagos de Covadonga en bicicleta, desde luego es obvio que siempre fue disciplinado. Entre sus cualidades están, la honestidad e integridad, que tiene suerte poder ejercer, pues es bien difícil tarea hoy en día, en la sociedad en la que vivimos. Es un hombre que te escucha cuando le hablas, acostumbrado a la amabilidad que es innata en el.
No pudo contener casi las lagrimas recordando el momento en el que le dijeron que se había curado, ”tenía diez lesiones visibles para los doctores, después de ocho meses de quimioterapia, y varias revisiones, me quedaba una, iban a intervenirme quirúrgicamente para someterme a una nueva técnica, y no veían la lesión había desaparecido”,
”no le podemos decir esto, pero…usted se ha curado, no vemos las lesiones” ese fue un gran día para él y su familia, aunque todo no quedo ahí pues, en otra revisión posterior se le había reproducido el cáncer otra vez teniendo lesiones graves, volvió a pasar por el calvario, palabra que define muy bien lo que debe ser un proceso de quimioterapia, el cual si no pasas creo es difícil imaginarlo, durante este siguió haciendo deporte, salía con la bicicleta, su esperanza de vida era de 30%, pero él se aferro a ese 30% como el que quiere conseguir su objetivo con determinación, todo en la vida requiere de esta, pues la prueba la tenemos en personas como nuestro compañero Julián Torres. Hijo de militares, pasó su infancia en el Sahara oriental, viniendo a la península poco antes de las revueltas de la famosa marcha verde saharaui, allí practico un poco el atletismo, y ya aquí siguió con el ciclismo y el deporte en general. Lleva con nosotros poco tiempo, relativamente, y espero y deseo que este mi modesto articulo os lo acerque hasta el punto que le conozcáis y sigamos apoyándole, para que vea por sus ojos, para que sienta con su espíritu, que hay muchas más personas de las que se imaginaba por las cuales si, y si… también valió la pena tanta lucha tanto esfuerzo por seguir aquí con todos, su querida familia…con nuestra familia. Un fuerte abrazo, JULIÁN TORRES.
Cuando te aplicas al 100%, cuando no tienes miedo a
“fracasar",